Muchas personas utilizan sus toallas sólo una o dos veces y no se molestan en volver a lavarlas. Sin embargo, esto no es recomendable y puede provocar un olor a humedad después de uno o dos usos. Para evitar este olor, lo mejor es lavar las toallas de tres a cinco veces por semana. Hay que leer atentamente las instrucciones de lavado de las toallas para saber la cantidad de agua que hay que utilizar.

También hay que tener en cuenta el tiempo que pasas en la ducha o el baño. Una toalla de microfibra es más absorbente que una de algodón y puede durar varios días. Una toalla de algodón, sin embargo, debe limpiarse con frecuencia, ya que puede encharcarse y humedecerse. Mientras que las toallas de microfibra pueden reutilizarse infinitas veces, las de algodón deben limpiarse con regularidad, o empezarán a oler a rancio. Para evitarlo, lave siempre las toallas inmediatamente después de usarlas.

Un estudio del Dr. Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, descubrió que 90% de las toallas de baño estaban contaminadas con bacterias E. coli y coliformes. Debes lavar siempre las toallas después de usarlas, aunque no parezcan sucias. Nunca debes compartirlas con otras personas, a menos que quieras arriesgarte a contraer una enfermedad potencialmente dañina. Pero no merece la pena arriesgarse.

Las toallas pueden albergar bacterias, moho y levaduras. Están constantemente húmedas y constituyen un caldo de cultivo para microbios no deseados. Las infecciones pueden transmitirse de una persona a otra a través de la toalla. Si tienes acné, debes lavar siempre las toallas después de usarlas. Esas bacterias pasarán a tu piel cuando frotes las pústulas abiertas, y esto provocará la aparición de granos. Por eso es importante mantener las toallas limpias y desinfectadas.

La frecuencia de limpieza de su toalla depende del tipo de tejido del que esté hecha. Aunque las toallas de microfibra tienden a secarse rápidamente, es necesario limpiarlas con regularidad, ya que son susceptibles de encharcarse y humedecerse. Aunque puedes reutilizar tu toalla infinidad de veces, es mejor lavarla cada pocos días si no tienes ninguna infección. Después, puedes volver a lavarla. Y recuerda que lavar la toalla es crucial para tu salud.

Las toallas deben lavarse con la mayor frecuencia posible. Si la persona que usa la toalla está enferma, es importante desecharla. Si la persona está enferma, es mejor lavar una toalla nueva cada pocos días. Después, puedes utilizar la toalla tantas veces como quieras. Después, puedes secarla de varias maneras. Durante la temporada de gripe, es mejor utilizar un tendedero o colocar la toalla cerca de un ventilador para que se seque.

Cuando laves la toalla, asegúrate de que no esté demasiado sucia. Debes lavarla con agua y jabón antes de meterla en el lavavajillas. Si usas una toalla de microfibra, puedes reutilizarla un día más, pero una toalla de algodón debe lavarse cada dos o tres días. Si tiene olor, debes lavarla de nuevo. El olor de las toallas sucias sólo empeorará con el tiempo.

El estado de la persona que utiliza la toalla también debe determinar la frecuencia con que debe limpiarla. Es mejor tirar la toalla después de un solo uso si no se encuentra bien. Una toalla sucia es un caldo de cultivo para las bacterias. Por eso, lava la toalla después de cada uso. Así te asegurarás de sacar el máximo partido a tu toalla. No tendrás que cambiarla todos los días.

Las toallas no son baratas, pero debes asegurarte de que estén limpias. Al fin y al cabo, siempre es agradable tener una toalla fresca y esponjosa después del baño. Si no lavas la toalla con regularidad, se ensuciará y olerá rápidamente. Y si no lo haces, puede que acabes tirándola y no volviéndola a utilizar. Así que, si quieres disfrutar del lujo de una toalla limpia y fresca, asegúrate de lavarla tan a menudo como puedas.